sábado, 12 de marzo de 2011

La partida

Brisa marina, brisa de cordillera
brisa cualquiera.
Llevadla, llevadla lejos de aquí.
Al otro lado de las montañas ancestrales,
cruzad el mar infinito y depositadla en un lugar placentero.
No la mantengáis cerca de mí. Temo de mí.
Sufrimiento, dolor,
es lo que no quiero causadle
pero estar lejos de vos es una condena,
pero partid ya, doncella mía.
La providencia ha hablado,
sus palabras no comparto
por herético que puedan sonar.
Vuestro destino está lejos de mí.
Mas, vuestra presencia jamás será foránea
cuando en vos he de pensar
¡déjame besaros!
me exclamáis , amada mía.
no puedo ceder a vuestros deseos,
no podré sobrevivir la vida
con ese sabor en mis labios,
sabor a despedida, ese ósculo es el que me solicitas,
Adiós querida, mientras os recuerde, siempre existirás para mí.