martes, 8 de abril de 2014

No lo divulgues, no lo saben aún!

¡No lo soporto!
Cuándo la cotidianeidad nos enajena
y nos reduce, tan solo
a ser espectadores en primera fila
de nuestra propia vida.
Tampoco cuando te la llevas a ella.
¡Corro! de pavor y frenesí.
Huyo y me pierdo,
de mí, de todos, del mundo.
Cuando vuelvo -por instinto-
a la rutina del respiro
me hallarás, aquí o allá en el suelo,
embriagado de tu ausencia.
"Eres fuerte" me suelen decir,
pero yerran
Me podrán despojar de todo,
todo lo mío,
menos de ti.
¡Pero No lo saben!
No lo saben aún...

Lo sabes tú?

sábado, 5 de abril de 2014

Un rumbo correcto

Siempre busqué la belleza en la lejanía de las estrellas
atónito por su luz, cautivado por su esencia.
Decidí a emprender viaje a conquistarlas
¡Vaya osadía!
Y en medio de esta epopeya apareces tú,
rompiendo mis esquemas, como si fuese fantasía
Así, sin permisos ni perdones
como una tierna flor con su aroma
repentinamente llenaste todos los espacios en mí
inundándolos con tu adorable presencia.
Por eso que lamento cuando te vas
y me dejas condenado a tu ausencia
porque así, como el marino en la tempestad
perdido y desorientado
sin brújulas ni astrolabios,
No reclames flor mía, que hoy
es a ti a quien tienen por rumbo mis labios.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Los amorosos

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentra, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre - ¡Qué bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serptienes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan,
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara inagotable de aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüerzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de costilla a otra,
la muerte les fermenta detras de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando
la hermosa vida.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Esta nueva primavera...

Sobre la misma banca que en otros tiempos me acogió,
yazco aqui, sentado. Entre atónito y ensimismado.
Y todo es como aquella vez,las mismas bancas
los mismos árboles y la misma brisa. Salvo que esta vez
no hay horizonte en la travesía de mi vida.

Hoy, es cuando la gente dice que todo debería estar mejor,
las aves cantando, un clima aegre y el sol acompañado de unas escasas nubes,
el césped en su mejor verde, los campos floridos y
los árboles con ese olor a hojas recién nacidas.

Pero esta primavera, no es como las demás.
Es cierto, somos distintos. Pero no sé que tanto.
Con sus hojas ya nuevas, el árbol aún me arroja sus hojas secas.
El viento todavía va de un lado al otro, recorriendo la ciudad
para buscar y susurrarme tu nombre.

La alergia no es oponente de cuando oler tu aroma se trata.
Las noches no serían noches si es que al mirar el cielo,
no me recuerdan a ti. Pero ni el cielo, ni ese aroma,
ni la voz en silencio de la brisa pueden quitar de mí
esa sensación del pecho oprimido, de una causa abandonada.

Y busco ilusiones, intentando engañarme para poder
por un momento olvidarlo todo. Pero sé reconocer mentiras
y el pecho se oprime aun más. El corazón ya no late, no tiene por qué.
Pero le pido que aguente, que todavía hay palabras y decisiones que no he dicho y hecho.
Que el único ideal que es imposible es aquél en el que no creemos.

Y me levanto, para seguir esgrimiendo con mis últimos alientos
nacidos de lo más recóndito del alma, los motivos por los que hoy estoy aquí.
Y me visto, esta vez no con las ropas del error, sino de la convicción.
Y después de todo, despierto, sin estar dormido. No concilio el sueño y,
contengo el aliento porque no logro pasar las noches...

Y vuelvo a abrir los ojos, pero esta vez si tengo horizonte,
y el césped está en su mejor verde, y las aves siguen arrullando su canción,
el clima es alegre y el sol goza de la compañía de algunas nubes,
y contemplo el nacer de las hojas nuevas de los árboles.

Y esta vez dejé de mirar el cielo, olvidé la alergia
e hice oídos sordos al susurro del viento. Y en medio de todo,
apareciste tú, con una tibia sonrisa anunciando tu llegada.
El viento se cansó, los ruidos se callaron
el tiempo se detuvo y tus cabellos dejaron ver tus ojos.
En ese momento supe, que en realidad
te llamas primavera ...

martes, 29 de mayo de 2012

Me gusta la lluvia...

Todo comienza con una que otra gota perdida
que caen desde lo alto del cielo.
Suicidio colectivo o tal vez un salto a la libertad,
a una libertad colectiva que caen en conjunto.
Aburridas de las alturas, apunadas de tanta mononotía.
Buscan la tierra, esa tierra que está debajo de nuestros pies
de allí mismo donde emigraron en vapor,
abandonando lagos, ríos y mares.
Para así iniciar nuevamente un ciclo,
al parecer la majestuosidad de lo continuo del ciclo
no es ni la altura ni la tierra,
sino la libre sensación de poder fluir,
movimientos sin restricciones que nos permiten recorrer
aquellos parajes tan distintos cada vez que los visitamos
y nos maravillamos una y otra vez,
como niños descubriendo un mundo de juguetes tras la puerta prohibida por sus padres.
Tal vez el cielo y la tierra, nunca cambiaron,
entonces te das cuenta, que lo maravilloso de la vida,
no está en el entorno, sino dentro de ti
en un viaje colectivo sin fin, de muchas gotas de agua
que transmutan, cambian, a veces muy distante, es vapor
otras veces, muy unidos y con fuertes lazos como el hielo,
o simplemente como la aventurera agua, que fluye y fluye, sin obstáculo
filtrándose por rocas y montañas.
Nada detiene este flujo continuo de vida pura...

miércoles, 1 de junio de 2011

fugaz...

Callas mientras besas
callas, porque gozamos de nosotros
un silencio eterno
que sólo dura unos segundos
y en el que nos decimos
todo sin palabras.
Un te quiero susurrante
lleno de amor.

lunes, 30 de mayo de 2011

Miradas que hablan

Tengo miedo, miedo de tu miedo.
La hipnosis que nos mantiene así
está en nuestros ojos,
cada vez que permanecemos juntos.
El aire que nos rodea
nos adormece, nos cautiva,
vapores de nuestros propios suspiros.
No quiero más estrellas,
quiero voluntad, el deseo,
saborear nuestro entorno
con un agregado de verdad.
Perderme en lo eterno,
si estuviese con vos.