lunes, 30 de mayo de 2011

Miradas que hablan

Tengo miedo, miedo de tu miedo.
La hipnosis que nos mantiene así
está en nuestros ojos,
cada vez que permanecemos juntos.
El aire que nos rodea
nos adormece, nos cautiva,
vapores de nuestros propios suspiros.
No quiero más estrellas,
quiero voluntad, el deseo,
saborear nuestro entorno
con un agregado de verdad.
Perderme en lo eterno,
si estuviese con vos.

El silencio perdido

Quisiera cantar alto, en el silencio de la noche
gritar tu nombre al eco de las ciudades
aquellas que no duermen
esas llenas de luces,
de vicios, de cotidianidad.
Gritaría hasta que incluso,
el perdido silencio
repitiera el nombre
de quién me tiene cautivo
en mi propio mundo.