sábado, 5 de abril de 2014

Un rumbo correcto

Siempre busqué la belleza en la lejanía de las estrellas
atónito por su luz, cautivado por su esencia.
Decidí a emprender viaje a conquistarlas
¡Vaya osadía!
Y en medio de esta epopeya apareces tú,
rompiendo mis esquemas, como si fuese fantasía
Así, sin permisos ni perdones
como una tierna flor con su aroma
repentinamente llenaste todos los espacios en mí
inundándolos con tu adorable presencia.
Por eso que lamento cuando te vas
y me dejas condenado a tu ausencia
porque así, como el marino en la tempestad
perdido y desorientado
sin brújulas ni astrolabios,
No reclames flor mía, que hoy
es a ti a quien tienen por rumbo mis labios.

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